martes, 12 de noviembre de 2013

Capítulo I Verso 1

Dime, SAÑJAYA ¿qué hicieron nuestros guerreros y los del ejército de los PANDAVAS cuando ansiosos de combatir, se encontraron en la llanura de KURUKSHETRA?

(En los versos que siguen, SAÑJAYA describe cómo DURIODANA, al ver en orden de batalla al ejército enemigo, se dirigió a su preceptor DRONA y le expresó el temor de que el suyo, aunque numéricamente mayor, fuera más débil. Sigue después, como en todo poema épico, la relación de los guerreros
de una y otra parte. Para enardecer el decaído ánimo del príncipe DURIODANA, BHISMA, el comandante en jefe de los KURUS, sonó con fuerza el caracol marino, lanzando estentóreos acentos semejantes al rugido del león, e instantáneamente innumerables conchas marinas, timbales, cuernos, címbalos y otros instrumentos guerreros, respondieron de todas partes con un atronador estruendo. Pero entonces KRISHNA,  los príncipes PANDAVAS y sus guerreros, sonaron también sus conchas celestes y caracoles marinos, y sus estridentes sonidos desgarraban el corazón de los KURUS, pues su horrísono estruendo hacía retemblar cielos y tierra.) ARJUNA, de pie sobre su soberbio carro tirado por blancos corceles, se dirigió a KRISHNA, su amigo y auriga y le dijo estas palabras:

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