De quien tiene los apetitos muertos y el pensamiento firme en la sabiduría, de quien sacrifica las obras y permanece en equilibrio, todas las acciones se disipan.
El Eterno es la oblación; el Eterno es la dealbísima manteca ofrecida por el Eterno en el fuego del Eterno. Al Eterno se unirá quien al obrar en verdad medite plenamente sobre el Eterno (17).
Notas:
(17) Sólo se une al Eterno quien Lo descubre a través de lo transitorio. Los demás permanecen atados al mundo de las formas (Besant.)
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