miércoles, 28 de enero de 2015

Estancia XI versoso 11 y 12

Ataviado con riquísimas ropas y collares, ungido con óleos de celestial fragancia, el infinito y omniprodigioso Dios de faz a todos lados vuelta,

Refulgía de modo que si mil soles juntos brillaran en el firmamento, fuera su luz tan sólo penumbra de la esplendorosa gloria de aquel Mahatma.

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