La entidad viviente
que se halla en el mundo material lleva de un cuerpo a otro sus diferentes
concepciones de la vida, tal como el aire transporta los aromas. Así pues, ella
adopta un tipo de cuerpo, y de nuevo lo deja para adoptar otro.
SIGNIFICADO
Aquí se describe a
la entidad viviente como isvara, la controladora de su propio cuerpo. Si ella
quiere, puede cambiar su cuerpo por uno de un grado superior, y si quiere,
puede desplazarse hacia una clase inferior. Existe una diminuta independencia.
El cambio de cuerpo del que es objeto depende de ella. A la hora de la muerte,
la conciencia que ella ha creado la llevará al siguiente tipo de cuerpo. Si
ella ha vuelto su conciencia como la de un perro o la de un gato, es seguro que
se trasladará al cuerpo de un perro o de un gato. Y si ha fijado su conciencia
en las cualidades divinas, se trasladará a la forma de un semidiós. Y si tiene
conciencia de Krsna, será trasladada a Krsnaloka, en el cielo espiritual, y se
reunirá con Krsna. Es una falsa pretensión creer que después de la aniquilación
de este cuerpo todo se acaba. El alma individual transmigra de un cuerpo a
otro, y su cuerpo actual y sus actividades actuales son el trasfondo de su
siguiente cuerpo. Uno recibe un cuerpo diferente conforme al karma, y tiene que
abandonarlo a su debido tiempo. Aquí se afirma que el cuerpo sutil, que
transporta la concepción del siguiente cuerpo, manifiesta otro cuerpo en la
siguiente vida. Este proceso de transmigrar de un cuerpo a otro y luchar
mientras se está en el cuerpo se denomina karsati, o la lucha por la
existencia.
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