Perplejos así por
diversas ansiedades y atados por una red de ilusiones, ellos se apegan
demasiado al disfrute de los sentidos y caen en el infierno.
SIGNIFICADO
El hombre demoníaco
no le ve límites a su deseo de adquirir dinero. Ese deseo es ilimitado. Él sólo
piensa en cuánto capital tiene en el momento, y elabora planes para poner a
producir esa riqueza cada vez más. Por esa razón, él no vacila en actuar de
cualquier manera pecaminosa, y, en consecuencia, trafica en el mercado negro en
aras de un goce ilícito. Él está enamorado de las posesiones que ya tiene,
tales como la tierra, la familia, la casa y el saldo bancario, y siempre está
haciendo planes para mejorarlas. Él cree en su propia fuerza, y no sabe que
todo lo que gana se debe a sus buenas acciones pasadas. A él se le da la
oportunidad de acumular esas cosas, pero él no tiene ningún concepto acerca de
las causas pasadas. Él tan sólo piensa que toda su riqueza se debe a su propio
esfuerzo. La persona demoníaca cree en la fuerza de su trabajo personal, no en
la ley del karma. Según la ley del karma, un hombre nace en una familia de
clase alta, o se vuelve rico, o muy bien preparado, o muy atractivo, debido a
un buen trabajo realizado en el pasado. La persona demoníaca cree que todas
esas cosas son accidentales y se deben a la fuerza de su habilidad personal.
Ella no percibe que exista ninguna disposición tras todas las variedades de
personas, belleza y educación que hay. Todo el que se ponga a competir con esa
clase de hombre demoníaco, es enemigo de él. Hay mucha gente demoníaca, y cada
uno de ellos es enemigo de los demás. Esa enemistad se vuelve cada vez más
profunda: entre personas, luego entre familias, luego entre sociedades, y,
finalmente, entre naciones. Por eso hay una constante contienda, guerra y
enemistad por todas partes del mundo.
Cada persona
demoníaca cree que puede vivir a costa de todos los demás. Por lo general, la
persona demoníaca piensa de sí misma que es el Dios Supremo, y un predicador
demoníaco les dice a sus seguidores: "¿Por qué están buscando a Dios en
otra parte? ¡Todos ustedes son Dios! Pueden hacer todo lo que gusten. No crean
en Dios. Desechen a Dios. Dios está muerto". Eso es lo que predican los
seres demoníacos.
Aunque la persona
demoníaca ve que hay otras personas igual de ricas e influyentes que ella o aun
más, no obstante piensa que no hay nadie que sea más rico ni más influyente que
ella. En lo que concierne a la promoción al sistema planetario superior, ella
no cree en la ejecución de yajñas, o sacrificios. Los demonios piensan que van
a crear su propio proceso de yajña y preparar una máquina con la cual serán
capaces de ir a cualquier planeta superior. El mejor ejemplo de esa clase de
hombre demoníaco lo fue Ravana. Él le ofreció a la gente un programa por el
cual construiría una escalera para que cualquiera pudiera ir a los planetas
celestiales sin realizar sacrificios, tales como los que se prescriben en los
Vedas. De igual modo, en la era actual esos hombres demoníacos se están
esforzando por llegar a los sistemas planetarios superiores mediante
dispositivos mecánicos. Ésos son ejemplos de confusión. El resultado de ello es
que, sin saberlo, se están deslizando hacia el infierno. Aquí, la palabra
sánscrita moha-jala es muy significativa. Jala significa "red"; al
igual que peces atrapados en una red, ellos no tienen ninguna manera de
salirse.
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