domingo, 29 de enero de 2017

Capítulo 4 - Verso 1

Capítulo Cuatro

El conocimiento trascendental

Verso 1

La Personalidad de Dios, el Señor Sri Krsna, dijo: Yo le enseñé esta imperecedera ciencia del yoga a Vivasvan, el dios del Sol, y Vivasvan se la enseñó a Manu, el padre de la humanidad, y Manu a su vez se la enseñó a Iksvaku.

Comentario de Srila Prabhupada:

Aquí encontramos la historia de El Bhagavad-gita a partir de una época remota en que le fue entregado a la orden real de todos los planetas, comenzando con el planeta Sol. Los reyes de todos los planetas tienen la principal función de proteger a los habitantes de los mismos, y, por lo tanto, la orden real debe entender la ciencia de El Bhagavad-gita, a fin de ser capaz de gobernar a los ciudadanos y protegerlos del cautiverio material de la lujuria. La vida humana está hecha para el cultivo del conocimiento espiritual en una relación eterna con la Suprema Personalidad de Dios, y los mandatarios de todos los Estados y de todos los planetas están obligados a impartirles a los ciudadanos ese conocimiento, por medio de la educación, la cultura y la devoción. En otras palabras, todos los jefes de Estado tienen la función de propagar la ciencia del proceso de conciencia de Krsna, de modo que la gente pueda sacar provecho de esta gran ciencia y pueda seguir un sendero triunfante, haciendo uso de la oportunidad que brinda la forma de vida humana.

En este milenio, el dios del Sol es conocido como Vivasvan, el rey del Sol, el cual es el origen de todos los planetas del sistema solar. En El Brahma-samhita (5.52) se declara:

El Señor Brahma dijo: "Permítaseme adorar a la Suprema Personalidad de Dios, Govinda [Krsna], quien es la Persona Original, y bajo cuya orden el Sol, que es el rey de todos los planetas, adquiere inmenso poder y calor. El Sol representa el ojo del Señor, y recorre su órbita obedeciendo la orden de Él".

El Sol es el rey de los planetas, y el dios del Sol (actualmente de nombre Vivasvan) rige el planeta Sol, el cual controla a todos los demás planetas mediante el suministro de calor y luz. El Sol gira bajo la orden de Krsna, y en un principio el Señor Krsna hizo que Vivasvan fuera Su primer discípulo en entender la ciencia de El Bhagavad-gita. Por consiguiente, el Gita no es un tratado especulativo dirigido al insignificante erudito mundano, sino un libro modelo de conocimiento que desciende desde tiempo inmemorial.

En El Mahabharata (Santi-parva 348.51–52) encontramos la historia del Gita de la siguiente manera:

"Al comienzo del milenio conocido como Treta-yuga, Vivasvan le entregó a Manu esta ciencia de la relación con el Supremo. Manu, siendo el padre de la humanidad, se la dio a su hijo, Maharaja Iksvaku, el rey de este planeta Tierra y antepasado de la dinastía Raghu, en la que apareció el Señor Ramacandra". De modo que, El Bhagavad-gita existía en la sociedad humana desde la época de Maharaja Iksvaku.


 Hasta los actuales momentos, apenas han transcurrido cinco mil años de Kali-yuga, la cual dura 432.000 años. La época anterior a ésa fue la de Dvapara-yuga (800.000 años), y la anterior a esta última fue la de Treta-yuga (1.200.000 años). Así pues, hace unos 2.005.000 años, Manu le habló El Bhagavad-gita a su discípulo e hijo Maharaja Iksvaku, el rey de este planeta Tierra. La era del Manu actual se calcula que debe durar unos 305.300.000 años, de los cuales han pasado 120.400.000. Aceptando que antes del nacimiento de Manu el Señor le habló el Gita a Su discípulo Vivasvan, el dios del Sol, un cálculo aproximado indica que el Gita se habló por lo menos hace 120.400.000 años; y en la sociedad humana ha existido por dos millones de años. El Señor lo habló de nuevo hace unos cinco mil años, esta vez a Arjuna. Éste es un cálculo aproximado de los períodos que comprende la historia del Gita, según el propio Gita y según el orador, el Señor Sri Krsna. El Bhagavad-gita le fue hablado al dios del Sol, Vivasvan, porque él también es un ksatriya, y porque es el padre de todos los ksatriyas que son descendientes del dios del Sol, o los ksatriyas surya-vamsa. Como El Bhagavad-gita es igual que los Vedas, ya que lo habló la Suprema Personalidad de Dios, el conocimiento que en él se expone es apauruseya, sobrehumano. Puesto que las instrucciones védicas se aceptan tal como son, sin interpretación humana, al Gita debe aceptársele, por ende, sin una interpretación mundana. Puede que los pendencieros mundanos especulen acerca del Gita a su manera, pero eso no es El Bhagavad-gita tal como es. Por consiguiente, El Bhagavad-gita hay que aceptarlo tal como es, de manos de la sucesión discipular, y aquí se describe que el Señor se lo habló al dios del Sol, el dios del Sol se lo habló a su hijo Manu, y Manu se lo habló a su hijo Iksvaku.

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