Capítulo Cuatro
El
conocimiento trascendental
Verso
1
La Personalidad de
Dios, el Señor Sri Krsna, dijo: Yo le enseñé esta imperecedera ciencia del yoga
a Vivasvan, el dios del Sol, y Vivasvan se la enseñó a Manu, el padre de la
humanidad, y Manu a su vez se la enseñó a Iksvaku.
Comentario de Srila Prabhupada:
Aquí encontramos la
historia de El Bhagavad-gita a partir de una época remota en que le fue
entregado a la orden real de todos los planetas, comenzando con el planeta Sol.
Los reyes de todos los planetas tienen la principal función de proteger a los
habitantes de los mismos, y, por lo tanto, la orden real debe entender la
ciencia de El Bhagavad-gita, a fin de ser capaz de gobernar a los ciudadanos y
protegerlos del cautiverio material de la lujuria. La vida
humana está hecha para el cultivo del conocimiento espiritual en una relación
eterna con la
Suprema Personalidad de Dios, y los mandatarios de todos los
Estados y de todos los planetas están obligados a impartirles a los ciudadanos
ese conocimiento, por medio de la educación, la cultura y la devoción. En otras
palabras, todos los jefes de Estado tienen la función de propagar la ciencia
del proceso de conciencia de Krsna, de modo que la gente pueda sacar provecho
de esta gran ciencia y pueda seguir un sendero triunfante, haciendo uso de la
oportunidad que brinda la forma de vida humana.
En este milenio, el
dios del Sol es conocido como Vivasvan, el rey del Sol, el cual es el origen de
todos los planetas del sistema solar. En El Brahma-samhita (5.52) se declara:
El Señor Brahma
dijo: "Permítaseme adorar a la Suprema Personalidad
de Dios, Govinda [Krsna], quien es la Persona Original ,
y bajo cuya orden el Sol, que es el rey de todos los planetas, adquiere inmenso
poder y calor. El Sol representa el ojo del Señor, y recorre su órbita
obedeciendo la orden de Él".
El Sol es el rey de
los planetas, y el dios del Sol (actualmente de nombre Vivasvan) rige el
planeta Sol, el cual controla a todos los demás planetas mediante el suministro
de calor y luz. El Sol gira bajo la orden de Krsna, y en un principio el Señor
Krsna hizo que Vivasvan fuera Su primer discípulo en entender la ciencia de El
Bhagavad-gita. Por consiguiente, el Gita no es un tratado especulativo dirigido
al insignificante erudito mundano, sino un libro modelo de conocimiento que
desciende desde tiempo inmemorial.
En El Mahabharata
(Santi-parva 348.51–52) encontramos la historia del Gita de la siguiente
manera:
"Al comienzo
del milenio conocido como Treta-yuga, Vivasvan le entregó a Manu esta ciencia
de la relación con el Supremo. Manu, siendo el padre de la humanidad, se la dio
a su hijo, Maharaja Iksvaku, el rey de este planeta Tierra y antepasado de la dinastía Raghu , en
la que apareció el Señor Ramacandra". De modo que, El Bhagavad-gita
existía en la sociedad humana desde la época de Maharaja Iksvaku.
Hasta los actuales momentos, apenas han
transcurrido cinco mil años de Kali-yuga, la cual dura 432.000 años. La época
anterior a ésa fue la
de Dvapara-yuga (800.000 años), y la anterior a esta última
fue la de Treta-yuga
(1.200.000 años). Así pues, hace unos 2.005.000 años, Manu le habló El
Bhagavad-gita a su discípulo e hijo Maharaja Iksvaku, el rey de este planeta
Tierra. La era del Manu actual se calcula que debe durar unos 305.300.000 años,
de los cuales han pasado 120.400.000. Aceptando que antes del nacimiento de
Manu el Señor le habló el Gita a Su discípulo Vivasvan, el dios del Sol, un
cálculo aproximado indica que el Gita se habló por lo menos hace 120.400.000
años; y en la sociedad humana ha existido por dos millones de años. El Señor lo
habló de nuevo hace unos cinco mil años, esta vez a Arjuna. Éste es un cálculo
aproximado de los períodos que comprende la historia del Gita, según el propio
Gita y según el orador, el Señor Sri Krsna. El Bhagavad-gita le fue hablado al
dios del Sol, Vivasvan, porque él también es un ksatriya, y porque es el padre
de todos los ksatriyas que son descendientes del dios del Sol, o los ksatriyas
surya-vamsa. Como El Bhagavad-gita es igual que los Vedas, ya que lo habló la Suprema Personalidad
de Dios, el conocimiento que en él se expone es apauruseya, sobrehumano. Puesto
que las instrucciones védicas se aceptan tal como son, sin interpretación
humana, al Gita debe aceptársele, por ende, sin una interpretación mundana.
Puede que los pendencieros mundanos especulen acerca del Gita a su manera, pero
eso no es El Bhagavad-gita tal como es. Por consiguiente, El Bhagavad-gita hay
que aceptarlo tal como es, de manos de la sucesión discipular, y aquí se describe
que el Señor se lo habló al dios del Sol, el dios del Sol se lo habló a su hijo
Manu, y Manu se lo habló a su hijo Iksvaku.
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