lunes, 3 de abril de 2017

Capítulo 5 - Verso 15

Y el Señor Supremo tampoco asume la responsabilidad de las actividades pecaminosas o piadosas de nadie. Sin embargo, los seres encarnados están confundidos a causa de la ignorancia que cubre su verdadero conocimiento.

Comentario de Srila Prabhupada:


La palabra sánscrita vibhuh se refiere al Señor Supremo, quien está colmado de ilimitado conocimiento, riquezas, fuerza, fama, belleza y renunciación. Él siempre está satisfecho en Sí mismo, sin que lo perturben las actividades pecaminosas o piadosas que se realizan. Él no crea una determinada situación para ninguna entidad viviente, pero la entidad viviente, confundida por la ignorancia, desea ser puesta en ciertas condiciones de vida, y con ello comienza su cadena de acción y reacción. Por su naturaleza superior, la entidad viviente está colmada de conocimiento. No obstante, debido a su limitado poder, es propensa a ser influida por la ignorancia. El Señor es omnipotente, pero la entidad viviente no lo es. El Señor es vibhu, u omnisciente, pero la entidad viviente es anu, o atómica. Como ella es un alma viviente, tiene la capacidad de desear por medio de su libre albedrío. Ese deseo lo cumple únicamente el omnipotente Señor. Y, así pues, cuando la entidad viviente se confunde en sus deseos, el Señor le permite complacerlos, pero Él nunca es responsable por las acciones y reacciones de la situación específica que pueda desearse. Por consiguiente, como el alma encarnada se encuentra en una condición confundida, se identifica con el cuerpo material circunstancial, y queda supeditada al sufrimiento y la felicidad temporal que hay en la vida. El Señor, en la forma de Paramatma, o la Superalma, es el compañero constante de la entidad viviente, en virtud de lo cual puede darse cuenta de los deseos del alma individual, tal como uno puede oler el aroma de una flor al estar cerca de ella. El deseo es una forma sutil de condicionamiento para la entidad viviente. El Señor le satisface el deseo según ella lo merezca: "el hombre propone y Dios dispone". Por lo tanto, el individuo no es omnipotente en lo que respecta a complacer sus deseos. Sin embargo, el Señor puede cumplir todos los deseos, y como Él es imparcial con todos, no se interfiere en los deseos de las diminutas e independientes entidades vivientes. No obstante, cuando uno desea a Krsna, el Señor se ocupa de uno de un modo especial, y lo anima a tener deseos por los que uno pueda llegar a Él y ser feliz eternamente. Los himnos védicos declaran, pues: esa u hy eva sadhu karma karayati tam yam ebhyo lokebhya unninisate esa u evasadhu karma karayati yam adho ninisate, "El Señor ocupa a la entidad viviente en actividades piadosas, para que ella se pueda elevar. El Señor la ocupa en actividades impías, de modo que ella pueda irse al infierno" (El Kausitaki Upanisad 3.8).

sábado, 1 de abril de 2017

Capítulo 5 - Verso 14

El espíritu encarnado, amo de la ciudad de su cuerpo, no crea actividades, ni induce a la gente a actuar, ni crea los frutos de la acción. Todo esto lo efectúan las modalidades de la naturaleza material.

Comentario de Srila Prabhupada:


Tal como se explicará en el Capítulo Siete, la entidad viviente es una de las energías o naturalezas del Señor Supremo, pero es diferente de la materia, que es otra naturaleza del Señor, llamada inferior. De una forma u otra, la naturaleza superior, la entidad viviente, ha estado en contacto con la naturaleza material desde tiempo inmemorial. El cuerpo temporal o la morada material que ella obtiene, es la causa de una variedad de actividades y sus reacciones resultantes. Al vivir en semejante atmósfera condicional, si (por ignorancia) uno se identifica con el cuerpo, uno sufre los resultados de las actividades del cuerpo. Es una ignorancia adquirida desde tiempo inmemorial lo que causa la congoja y el sufrimiento físico. Tan pronto como la entidad viviente se aparta de las actividades del cuerpo, se libera también de las reacciones. Mientras ella se encuentre en la ciudad del cuerpo, parece ser la ama de él, pero de hecho ni es la propietaria del cuerpo, ni la controladora de las acciones y reacciones de dicho cuerpo. Ella simplemente está en medio del océano material, luchando por la existencia. Las olas del océano la están sacudiendo, y ella no tiene control sobre esas olas. La mejor solución para ella es salirse del agua mediante el trascendental proceso de conciencia de Krsna. Sólo eso la salvará de todos los trastornos.