miércoles, 21 de junio de 2017

Capítulo 6 - Versos 11 y 12

Para practicar yoga, uno debe irse a un lugar apartado, poner hierba kusa en el suelo, y luego cubrirla con una piel de venado y una tela suave. El asiento no debe ser ni demasiado alto ni demasiado bajo, y debe encontrarse en un lugar sagrado. El yogi debe entonces sentarse en él muy firmemente y practicar yoga, para purificar el corazón mediante el control de la mente, de los sentidos y de las actividades, y fijando la mente en un punto.

Comentario de Srila Prabhupada:

Cuando se habla de "lugar sagrado", ello se refiere a lugares de peregrinaje. En la India, todos los yogis —los trascendentalistas o los devotos— se van de la casa a residir en lugares sagrados tales como Prayaga, Mathura, Vrndavana, Hrsikesa y Hardwar, para practicar yoga a solas en los lugares por donde pasan ríos sagrados tales como el Yamuna y el Ganges. Pero a menudo no es posible hacer eso, especialmente en el caso de los occidentales. Las llamadas sociedades de yoga de las grandes ciudades puede que sean un éxito en cuanto a obtener beneficios materiales, pero no son en absoluto adecuadas para la verdadera práctica del yoga. Aquel que no es autocontrolado y cuya mente no está libre de perturbaciones, no puede practicar la meditación. Por lo tanto, en El Brhan-naradiya Purana se dice que, en el Kali-yuga (la presente yuga, o edad), cuando la generalidad de la gente tiene una vida corta, es lenta para la comprensión espiritual y siempre está perturbada por diversas ansiedades, el mejor medio para lograr la iluminación espiritual lo constituye el canto del santo nombre del Señor.


"En esta era de riña e hipocresía, la única manera de liberarse la constituye el canto del santo nombre del Señor. No hay otra manera. No hay otra manera. No hay otra manera".

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