Arjuna dijo: ¡Oh,
Madhusudana!, el sistema de yoga que has resumido me parece impráctico e
intolerable, ya que la mente es inquieta e inestable.
Comentario de Srila Prabhupada:
El sistema de
misticismo que el Señor Krsna le describió a Arjuna, comenzando con las
palabras sucau dese y concluyendo con yogi paramah, es aquí rechazado por
Arjuna a causa de un sentimiento de incapacidad. En esta era de Kali, no es
posible que un hombre ordinario abandone el hogar y se vaya a practicar yoga a
un lugar recluido en las montañas o en las selvas. La era actual se caracteriza
por una lucha encarnizada en aras de una vida de corta duración. La gente no
está interesada en la autorrealización ni siquiera por medios prácticos y
sencillos, y ni qué hablar de este difícil sistema de yoga, que regula el
estilo de vida, la manera de sentarse, la elección del lugar y el proceso de
desapegar la mente de las ocupaciones materiales. Arjuna, como hombre práctico
que era, consideró que era imposible seguir ese sistema de yoga, aunque él
tenía muchas cosas a su favor. Él pertenecía a la familia real y estaba muy
elevado en base a numerosas cualidades; era un gran guerrero, tenía una gran
longevidad y, por encima de todo, era el amigo más íntimo del Señor Krsna, la Suprema Personalidad
de Dios. Hace cinco mil años, Arjuna tenía facilidades mucho mejores que las
que tenemos hoy en día, y aun así rehusó aceptar ese sistema de yoga. En
efecto, no encontramos ninguna mención en la historia de que lo haya practicado
en ningún momento. Por consiguiente, se debe considerar que ese sistema es, en
general, algo imposible en esta era de Kali. Desde luego que les puede resultar
posible a unos cuantos hombres muy escogidos, pero para la generalidad de la
gente es una proposición imposible. Si esto era así hace cinco mil años, ¿qué
podemos decir, entonces, de los tiempos modernos? Aquellos que están imitando
este sistema de yoga en supuestas escuelas y sociedades diversas, aunque están
satisfechos de sí mismos, sin duda que están perdiendo el tiempo. Ellos ignoran
por completo cuál es la meta que se busca.
Porque la mente es inquieta,
turbulenta, obstinada y muy fuerte, ¡oh, Krsna!, y someterla, creo yo, es más
difícil que controlar el viento.
Comentario de Srila Prabhupada:
La mente es tan
fuerte y obstinada, que a veces domina la inteligencia, aunque se supone que la
mente debe estar subordinada a la inteligencia. Para un hombre que se encuentra en
el mundo práctico y que tiene que luchar contra muchísimos elementos
contrarios, es sin duda muy difícil controlar la mente. Puede que de
un modo artificial uno establezca un equilibrio mental tanto con el amigo como
con el enemigo, pero en fin de cuentas ningún hombre mundano puede hacerlo, ya
que eso es más difícil que controlar la furia del viento. En las Escrituras
védicas (El Katha Upanisad 1.3.3–4) se dice:
"El individuo
es el pasajero que va en el coche del cuerpo material, y la inteligencia es el
conductor. La mente es el instrumento con el que se conduce, y los sentidos son
los caballos. Por lo tanto, el yo es el que disfruta o sufre en compañía de la
mente y los sentidos. Así lo entienden los grandes pensadores". Se supone
que la inteligencia debe dirigir a la mente, pero la mente es tan fuerte y
obstinada, que a menudo domina la inteligencia de uno, tal como una infección
muy aguda puede superar la eficacia de la medicina. Ese
elemento tan fuerte que es la mente, se supone que se controla mediante la
práctica del yoga, pero ese método nunca es práctico para una persona del
mundo, como lo era Arjuna. Y, ¿qué podemos decir del hombre moderno? El símil
que se usa aquí es idóneo: uno no puede capturar una ráfaga de viento. Y aún es
más difícil capturar la mente turbulenta. La manera más sencilla de controlar
la mente, según lo sugirió el Señor Caitanya, la constituye el canto de
"Hare Krsna" con toda humildad, el gran mantra de la liberación. El
método que se prescribe es sa vai manah krsna-padaravindayoh: uno debe ocupar
la mente en Krsna por completo. Sólo entonces dejarán de haber más ocupaciones
que agiten la mente.
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