Los hombres de poca
inteligencia adoran a los semidioses, y sus frutos son limitados y temporales.
Aquellos que adoran a los semidioses van a los planetas de los semidioses, pero
Mis devotos llegan al final a Mi planeta supremo.
Comentario de Srila Prabhupada:
Algunos
comentaristas de El Bhagavad-gita dicen que quien adora a un semidiós puede
alcanzar al Señor Supremo, pero aquí se afirma claramente que los adoradores de
los semidioses van a los diferentes sistemas planetarios en los que se
encuentran diversos semidioses, tal como un adorador del Sol llega al Sol o un
adorador del semidiós de la Luna llega a la Luna. De igual modo, si alguien quiere adorar a
un semidiós como Indra, puede llegar al planeta de ese dios específico. No ha
de creerse que todo el mundo, sea cual sea el semidiós al que adore, va a
llegar hasta la
Suprema Personalidad de Dios. Eso se niega aquí, ya que se
afirma claramente que los adoradores de los semidioses van a los diferentes
planetas del mundo material, pero el devoto del Señor Supremo va directamente
al planeta supremo de la Personalidad de Dios.
Aquí se podría
aducir que si los semidioses son diferentes partes del cuerpo del Señor
Supremo, entonces al adorarlos a ellos debería lograrse el mismo fin. Sin
embargo, los adoradores de los semidioses son poco inteligentes, porque no
saben a qué parte del cuerpo se le debe suministrar la comida. Algunos de
ellos son tan necios, que alegan que hay muchas partes y muchas maneras de
suministrar comida. Esto no es muy sensato. ¿Puede alguien suministrarle comida
al cuerpo a través de los oídos o de los ojos? Ellos no saben que estos
semidioses son diferentes partes del cuerpo universal del Señor Supremo, y en
su ignorancia creen que todos y cada uno de los semidioses es un Dios separado
y un competidor del Señor Supremo.
Los semidioses no
son los únicos que son partes del Señor Supremo: las entidades vivientes
ordinarias también lo son. En El Srimad-Bhagavatam se afirma que los brahmanas
constituyen la cabeza del Señor Supremo, los ksatriyas son Sus brazos, los
vaisyas son Su cintura, los sudras son Sus piernas, y todos cumplen diferentes
funciones. Sea cual fuere la situación, si uno sabe que tanto los semidioses
como uno mismo es todo parte integral del Señor Supremo, su conocimiento es
perfecto. Pero si uno no entiende esto, llega a los diferentes planetas en los
que residen los semidioses. Ése no es el mismo destino al que llega el devoto.
Los resultados que
se consiguen mediante las bendiciones de los semidioses son perecederos, ya que
en este mundo material los planetas, los semidioses y los adoradores de éstos
son todos perecederos. Luego en este verso se afirma claramente que todos los
resultados que se consiguen mediante la adoración de los semidioses son
perecederos, y, en consecuencia, esa adoración la ejecuta la entidad viviente
poco inteligente. Debido a que el devoto puro —que está dedicado al cultivo de
conciencia de Krsna mediante el servicio devocional del Señor Supremo—consigue
una existencia eterna y bienaventurada que está colmada de conocimiento, sus
logros y los del adorador común de los semidioses son diferentes. El Señor
Supremo es ilimitado; Su favor es ilimitado; Su misericordia es ilimitada. Por
consiguiente, la misericordia del Señor Supremo para con Sus devotos puros es
ilimitada.
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