Este conocimiento es
el rey de la educación y el más secreto de todos los secretos. Es el
conocimiento más puro de todos, y como brinda una percepción directa del ser
mediante la iluminación, es la perfección de la religión. Además,
es eterno, y se practica con alegría.
Comentario de Srila Prabhupada:
Este capítulo de El
Bhagavad-gita se denomina el rey de la educación, porque es la esencia de todas
las doctrinas y filosofías que se explicaron antes. Entre los principales
filósofos de la India, se encuentran Gautama, Kanada, Kapila, Yajñavalkya,
Sandilya y Vaisvanara. Y, finalmente, se tiene a Vyasadeva, el autor de El
Vedanta-sutra. Así que no hay escasez de conocimiento en el campo de la
filosofía o del conocimiento trascendental. Ahora bien, el Señor dice que este
Noveno Capítulo es el rey de todo ese conocimiento, la esencia de todo el
conocimiento que se puede adquirir del estudio de los Vedas y de las diferentes
clases de filosofías. Es el conocimiento más confidencial de todos, porque el
conocimiento confidencial o trascendental entraña el entender la diferencia que
hay entre el alma y el cuerpo. Y el rey de todo el conocimiento confidencial
culmina en el servicio devocional.
Por lo común, a la
gente no se la educa en lo que se refiere a ese conocimiento confidencial, sino
que se la educa en el conocimiento externo. En lo que respecta a la educación
ordinaria, la gente está ocupada en muchísimos departamentos: política,
sociología, física, química, matemáticas, astronomía, ingeniería, etc. Hay
muchos departamentos del conocimiento por todas partes del mundo y muchas
universidades inmensas, pero, desafortunadamente, no hay ninguna universidad ni
institución educativa en la que se imparta la ciencia del alma espiritual. Sin
embargo, el alma es la parte más importante de este cuerpo; sin la presencia
del alma, el cuerpo carece de valor. Aun así, la gente le está dando mucho
énfasis a las necesidades corporales de la vida, sin preocuparse por el alma,
que es vital.
El Bhagavad-gita,
especialmente desde el Segundo Capítulo en adelante, recalca la importancia del
alma. En el mismo comienzo, el Señor dice que este cuerpo es perecedero y que
el alma no lo es (antavanta ime deha nityasyoktah saririnah). Ésa es una parte
confidencial del conocimiento: el simple hecho de saber que el alma espiritual
es diferente de este cuerpo, y que su naturaleza es inmutable, indestructible y
eterna. No obstante, eso no da ninguna información positiva acerca del alma. A
veces la gente tiene la impresión de que el alma es diferente del cuerpo, y que
cuando el cuerpo se termina, o cuando uno se libera del cuerpo, el alma
permanece en un vacío y se vuelve impersonal. Pero, en realidad, eso no es
cierto. ¿Cómo es posible que el alma, que es tan activa dentro de este cuerpo,
se vuelva inactiva después de liberarse de él? El alma siempre es activa. Si es
eterna, entonces es eternamente activa, y sus actividades en el reino espiritual
son la parte más confidencial del conocimiento espiritual. Aquí se indica, por
lo tanto, que esas actividades del alma espiritual son el rey de todo el
conocimiento, la parte más confidencial de todo el conocimiento.
Este conocimiento es
la forma más pura de todas las actividades, tal como se explica en la
literatura védica. En El Padma Purana se han analizado las actividades
pecaminosas del hombre, y se ha señalado que son los resultados de un pecado
tras otro. Aquellos que están dedicados a las actividades fruitivas, están
enredados en diferentes etapas y formas de reacciones pecaminosas. Por ejemplo,
cuando se planta la semilla de un determinado árbol, éste no aparece de
inmediato, sino que toma algún tiempo en hacerlo. Primero es un pequeño retoño,
luego adopta la forma de un árbol, luego florece y da su fruto, y cuando se
completa su desarrollo, las personas que plantaron la semilla del árbol
disfrutan de las flores y las frutas. De la misma manera, un hombre ejecuta un
acto pecaminoso, y, como una semilla, éste se toma su tiempo en fructificar.
Hay diferentes etapas de ello. Puede que la acción pecaminosa ya haya cesado en
el individuo, pero los resultados del fruto de esa acción pecaminosa aún están
por disfrutarse. Hay pecados que aún están en forma de semilla, y hay otros que
ya han fructificado y que nos están dando su fruto, el cual estamos disfrutando
en la forma de dolor y congoja.
Como se explicó en
el vigésimo octavo verso del Séptimo Capítulo, la persona que ha terminado por
completo con las reacciones de todas las actividades pecaminosas y que está
plenamente dedicada a las actividades piadosas, estando libre de la dualidad de
este mundo material, se ocupa en el servicio devocional que se le presta a la Suprema Personalidad
de Dios, Krsna. En otras palabras, aquellos que verdaderamente están dedicados
al servicio devocional del Señor Supremo, ya están libres de todas las
reacciones. Esa declaración se confirma en El Padma Purana:
En aquellos que
están dedicados al servicio devocional que se le presta a la Suprema Personalidad
de Dios, todas las reacciones pecaminosas, bien sea que hayan fructificado, que
estén almacenadas o que se encuentren en forma de semilla, gradualmente se
desvanecen. Por lo tanto, la potencia purificadora del servicio devocional es
muy fuerte, y se denomina pavitram uttamam, lo más puro de todo. Uttama
significa trascendental. Tamas significa "este mundo material" o
"la oscuridad", y uttama significa "aquello que es trascendental
a las actividades materiales". Nunca se debe considerar que las
actividades devocionales son materiales, aunque a veces dé la impresión de que
los devotos se ocupan tal como los hombres ordinarios. Aquel que puede ver y
que está familiarizado con el servicio devocional, sabe que las actividades
devocionales no son actividades materiales. Todas ellas son espirituales y
devocionales, y no están contaminadas por las modalidades de la naturaleza material.
Se dice que la
ejecución del servicio devocional es tan perfecta, que uno puede percibir sus
resultados directamente. Ese resultado directo se percibe de hecho, y tenemos
experiencia práctica de que cualquier persona que canta los santos nombres de
Krsna (Hare Krsna, Hare Krsna, Krsna Krsna, Hare Hare/ Hare Rama, Hare Rama,
Rama Rama, Hare Hare), cuando canta sin ofensas siente un placer trascendental,
y muy rápidamente se purifica de toda la contaminación material. Esto se ve en la realidad. Además,
si uno no sólo se dedica a oír sino también a tratar de divulgar el mensaje de
las actividades devocionales, o si se dedica a ayudar en las actividades
misioneras del proceso de conciencia de Krsna, gradualmente va sintiendo un
progreso espiritual. Ese adelanto en la vida espiritual no depende de ninguna
clase de educación o aptitud previa. El método en sí es tan puro, que, por el
simple hecho de dedicarse a él, uno se vuelve puro.
En El Vedanta-sutra
(3.2.26) también se describe eso con las siguientes palabras: prakasas ca
karmany abhyasat. "El servicio devocional es tan potente, que, con tan
sólo dedicarse a las actividades del servicio devocional, uno se ilumina sin
duda alguna". Un ejemplo práctico de esto se tiene en la vida anterior de
Narada, quien en esa vida resultó ser el hijo de una sirvienta. Él no nació en
una familia de clase alta, ni recibió ninguna educación. Pero cuando su madre
se ocupaba en servir a los grandes devotos, Narada también se ocupaba, y en
ocasiones, en ausencia de su madre, él mismo servía a los grandes devotos.
Narada dice personalmente:
En este verso de El
Srimad-Bhagavatam (1.5.25), Narada le describe su vida anterior a su discípulo
Vyasadeva. Él cuenta que, mientras hizo de niño sirviente de esos devotos
purificados, durante los cuatro meses de su estadía, él se estuvo asociando
íntimamente con ellos. A veces esos sabios dejaban en sus platos remanentes de
su comida, y el muchacho, que era quien les lavaba los platos, quería probar
esos remanentes. Así que, él les pedía permiso a los grandes devotos, y cuando
ellos se lo daban, Narada se comía los remanentes, en virtud de lo cual se
liberó de todas las reacciones pecaminosas. A medida que él iba comiendo, el
corazón se le iba volviendo tan puro como el de los sabios. Mediante el proceso
de oír y cantar, los grandes devotos disfrutaban del sabor de prestarle al
Señor un servicio devocional continuo, y en Narada se fue desarrollando
gradualmente el mismo gusto. Narada dice, además:
Por el hecho de
relacionarse con los sabios, Narada adquirió un gusto por el proceso de oír y
cantar las glorias del Señor, y en él se desarrolló un gran deseo de realizar
servicio devocional. De modo que, como se describe en El Vedanta-sutra:
prakasas ca karmany abhyasat, si uno simplemente se dedica a los actos del
servicio devocional, todo se le revelará automáticamente y podrá entender. Eso
se denomina pratyaksa, "lo que se percibe directamente".
La palabra dharmyam
significa "el sendero de la religión". Narada era de hecho el hijo de
una sirvienta. Él no tuvo la oportunidad de ir al colegio. Él simplemente
asistía a su madre, y, afortunadamente, ella les prestaba algún servicio a los
devotos. El niño Narada también tuvo la oportunidad, y, simplemente por medio
de la compañía, alcanzó la máxima meta de toda religión. La máxima meta de toda
religión la constituye el servicio devocional, tal como se declara en El
Srimad-Bhagavatam (sa vai pumsam paro dharmo yato bhaktir adhoksaje). Por lo
general, la gente religiosa no sabe que la máxima perfección de la religión la
constituye la consecución del servicio devocional. Como ya lo hemos discutido
en relación con el último verso del Capítulo Ocho (vedesu yajñesu tapahsu
caiva), para la autorrealización se requiere generalmente del conocimiento
védico. Pero aquí vemos que, aunque Narada nunca fue a la escuela del maestro
espiritual y no fue educado en lo que respecta a los principios védicos, no
obstante obtuvo los máximos resultados que se pueden obtener del estudio
védico. Este proceso es tan potente, que, incluso sin ejecutar el proceso
religioso de un modo regular, uno puede ser ascendido hasta la máxima
perfección. ¿Cómo es posible? Eso también se confirma en la literatura védica:
acaryavan puruso veda. Aquel que se relaciona con grandes acaryas, incluso si
no es educado o si nunca ha estudiado los Vedas, puede llegar a familiarizarse
con todo el conocimiento necesario para lograr la iluminación.
El proceso del
servicio devocional es un proceso muy dichoso (su-sukham). ¿Por qué? El servicio
devocional consiste en sravanam kirtanam visnoh, por lo cual uno simplemente
tiene que oír el canto de las glorias del Señor o asistir a conferencias
filosóficas acerca del conocimiento trascendental, dictadas por acaryas
autorizados. Con sólo sentarse, uno puede aprender; luego, uno puede comer los
remanentes de la comida que se le ofrece a Dios, platos buenos y sabrosos. El
servicio devocional es dichoso en cada etapa. Uno puede ejecutar servicio
devocional incluso en medio de la mayor pobreza. El Señor dice: patram puspam
phalam toyam, Él está dispuesto a aceptar cualquier clase de ofrenda que le
haga el devoto, sea lo que fuere. Incluso una hoja, una flor, un pedazo de
fruta o un poco de agua, todo lo cual se consigue en cualquier parte del mundo,
puede ofrecerlo cualquier persona, sea cual fuere su posición social, y ello
será aceptado si se ofrece con amor. Hay muchos ejemplos de ello en la historia. Por el
simple hecho de saborear las hojas de tulasi ofrecidas a los pies de loto del
Señor, grandes sabios, tales como Sanat-kumara, se volvieron grandes devotos.
Por consiguiente, el proceso devocional es muy hermoso, y se puede llevar a
cabo con alegría. Dios acepta únicamente el amor con el que las cosas se le
ofrecen a Él.
Aquí se dice que
este servicio devocional existe eternamente. No es como lo describen los
filósofos mayavadis. Aunque a veces ellos emprenden un supuesto servicio
devocional, creen que mientras no se liberen van a continuar realizándolo, pero
al final, cuando se liberen, "se volverán uno con Dios". Esa clase de
servicio devocional temporal y contemporizador no se acepta como servicio
devocional puro. El verdadero servicio devocional continúa incluso después de la liberación. Cuando
el devoto va al planeta espiritual del Reino de Dios, ahí también se dedica a
servir al Señor Supremo. Él no trata de volverse uno con el Señor Supremo.
Como se verá en El
Bhagavad-gita, el verdadero servicio devocional comienza después de la liberación. Después
de que uno se libera, cuando uno se sitúa en la posición Brahman
(brahma- bhuta), comienza el servicio devocional de uno (samah sarvesu bhutesu
mad-bhaktim labhate param). Nadie puede llegar a entender a la Suprema Personalidad
de Dios mediante la ejecución de karma-yoga, jñana-yoga, astanga-yoga o cualquier
otro yoga, independientemente. Puede que mediante esos métodos yóguicos uno
progrese un poco hacia el bhakti-yoga, pero si no se llega a la etapa del
servicio devocional, no se puede entender lo que es la Personalidad de Dios. En
El Srimad-Bhagavatam también se confirma que, cuando uno se ha purificado
mediante la ejecución del proceso del servicio devocional, especialmente
mediante el proceso de oír El Srimad-Bhagavatam o El Bhagavad-gita de labios de
almas iluminadas, puede entonces entender la ciencia de Krsna, o la ciencia de
Dios. Evam prasanna-manaso bhagavad-bhakti- yogatah. Cuando el corazón de uno
se limpia de todas las tonterías, puede uno entonces entender lo que es Dios.
Así pues, el proceso del servicio devocional, el proceso de conciencia de
Krsna, es el rey de toda la educación y el rey de todo el conocimiento
confidencial. Ese proceso es la forma más pura de la religión, y se puede
ejecutar con alegría sin ninguna dificultad. Por lo tanto, uno debe adoptarlo.