La persona que
acepta el sendero del servicio devocional no está desprovista de los resultados
que se obtienen del estudio de los Vedas, de la ejecución de sacrificios
austeros, de la caridad o de la ejecución de actividades filosóficas y
fruitivas. Por el simple hecho de realizar servicio devocional, ella consigue
todo eso, y al final llega a la eterna morada suprema.
Comentario de Srila Prabhupada:
Este verso es el
resumen de los Capítulos Siete y Ocho, los cuales tratan específicamente del
proceso de conciencia de Krsna y del servicio devocional. Uno tiene que estudiar
los Vedas bajo la guía del maestro espiritual, y someterse a muchas
austeridades y penitencias mientras vive bajo el cuidado de él. El brahmacari
tiene que vivir en la casa del maestro espiritual tal como un sirviente, y
pedir limosna de puerta en puerta y llevársela al maestro espiritual. Él sólo
come cuando el maestro se lo ordena, y si un día el maestro olvida llamar al
estudiante a comer, éste ayuna. Éstos son algunos de los principios védicos
para observar brahmacarya.
Después de que el
estudiante estudia los Vedas bajo la guía del maestro por un período que va de
los cinco a los veinte años, se puede convertir en un hombre de un carácter
perfecto. El estudio de los Vedas no es para el recreo de especuladores de
butaca, sino para la formación del carácter de uno. Después de este
adiestramiento, al brahmacari se le permite entrar en la vida familiar y
casarse. Cuando ya es un cabeza de familia, él tiene que celebrar muchos
sacrificios, a fin de poder conseguir mayor iluminación. Además, debe dar caridad
según el país, el momento y el lugar, sabiendo discriminar entre la caridad
influida por la bondad, la influida por la pasión y la influida por la
ignorancia, tal como se describe en El Bhagavad-gita. Luego, después de
retirarse de la vida de casado, al aceptar la orden de vanaprastha, él se
somete a severas penitencias, viviendo en los bosques, vistiéndose con la
corteza de los árboles, dejando de afeitarse, etc. Por seguir las órdenes de
brahmacarya, de vida de casado, de vanaprastha y, finalmente, de sannyasa, uno
llega a elevarse a la etapa perfecta de la vida. En ese momento, algunas personas son
elevadas a los reinos celestiales, y cuando se vuelven aún más adelantadas, se
liberan y van al cielo espiritual, ya sea al brahmajyoti impersonal, a los
planetas Vaikunthas o a Krsnaloka. Ésa es la senda que describen las Escrituras
védicas.
Sin embargo, la
belleza del proceso de conciencia de Krsna estriba en que de un solo golpe, por
el hecho de dedicarse al servicio devocional, uno puede superar todos los
rituales de las diferentes órdenes de la vida.
Las palabras idam
viditva indican que uno debe entender las instrucciones que Sri Krsna da en
este capítulo y en el Séptimo Capítulo de El Bhagavad-gita. Uno no debe tratar
de entender estos capítulos mediante la erudición o la especulación mental,
sino oyéndolos en compañía de devotos. Los capítulos que van del seis al doce
constituyen la esencia de El Bhagavad-gita. Los primeros seis capítulos y los
últimos seis son como coberturas de los seis capítulos intermedios, que están
protegidos por el Señor de un modo especial. Si uno es lo suficientemente
afortunado como para entender El Bhagavad-gita —especialmente estos seis
capítulos intermedios— en compañía de los devotos, entonces su vida se vuelve
gloriosa de inmediato, más allá de todas las penitencias, los sacrificios, las
caridades, las especulaciones, etc., ya que uno puede conseguir todos los
resultados de esas actividades simplemente mediante el proceso de conciencia de
Krsna.
Aquel que tiene un
poquito de fe en El Bhagavad-gita debe aprender El Bhagavad-gita con un devoto,
porque al comienzo del Cuarto Capítulo se afirma claramente que El
Bhagavad-gita sólo lo pueden entender los devotos; nadie más puede entender
perfectamente el propósito de El Bhagavad-gita. De modo que, uno debe aprender
El Bhagavad-gita con un devoto de Krsna, y no con especuladores mentales. Ése
es un signo de fe. Cuando uno busca a un devoto y finalmente consigue la
compañía de un devoto, comienza de hecho a estudiar y entender El
Bhagavad-gita. En virtud del adelanto que se haga en la compañía del devoto,
uno es colocado en el servicio devocional, y ese servicio disipa todos los
recelos que uno pueda tener acerca de Krsna, o Dios, y acerca de las
actividades, la forma, los pasatiempos, el nombre y otros aspectos de Krsna.
Después de que esos recelos han sido despejados perfectamente, uno queda fijo
en su estudio. Uno disfruta entonces del estudio de El Bhagavad-gita, y alcanza
el estado en el que siempre se siente consciente de Krsna. En la etapa
adelantada, uno se enamora de Krsna por completo. Esa etapa muy elevada y
perfecta de la vida capacita al devoto para ser trasladado a la morada que
Krsna tiene en el cielo espiritual, Goloka Vrndavana, donde el devoto se vuelve
feliz para siempre.
Así terminan los significados de Bhaktivedanta del Octavo
Capítulo de El Srimad Bhagavad-gita, en lo referente al tema "Alcanzando al Supremo".
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