Siempre cantando Mis
glorias, esforzándose con gran determinación y postrándose ante Mí, estas
grandes almas Me adoran perpetuamente con devoción.
Comentario de Srila Prabhupada:
No se puede fabricar
un mahatma estampándole un sello a un hombre ordinario. Las características
propias de un mahatma se describen aquí: el mahatma siempre está dedicado a
cantar las glorias del Supremo Señor Krsna, la Personalidad de Dios. Él no
tiene ninguna otra ocupación. Él siempre está dedicado a la glorificación del
Señor. En otras palabras, él no es un impersonalista. Cuando se habla de
glorificación, hay que glorificar al Señor Supremo, alabando Su santo nombre,
Su forma eterna, Sus cualidades trascendentales y Sus extraordinarios
pasatiempos. Uno tiene que glorificar todas esas cosas; por lo tanto, un
mahatma está apegado a la Suprema Personalidad de Dios.
A aquel que está
apegado al aspecto impersonal del Señor Supremo, el brahmajyoti, no se lo
describe como mahatma en El Bhagavad-gita. A él se lo describe de otra manera
en el próximo verso. El mahatma siempre está dedicado a diferentes actividades
del servicio devocional, tal como se describe en El Srimad- Bhagavatam, oyendo
hablar de Visnu y cantando acerca de Él, no de un semidiós o de un ser humano.
Eso es devoción: sravanam kirtanam visnoh, y smaranam, recordándolo a Él. Esa
clase de mahatma tiene la firme determinación de conseguir al final la compañía
del Señor Supremo en cualquiera de los cinco rasas trascendentales. Para lograr
ese éxito, él pone todas las actividades ---las mentales, las físicas y las
vocales, todo--- al servicio del Señor Supremo, Sri Krsna. Eso se denomina
plena conciencia de Krsna.
En el servicio
devocional hay ciertas actividades que se llaman "determinadas",
tales como el ayuno en ciertos días, como el undécimo día de la Luna, Ekadasi,
y el día de la aparición del Señor. Todas esas reglas y regulaciones las
presentan los grandes acaryas para aquellos que verdaderamente están
interesados en ganarse la compañía de la Suprema Personalidad
de Dios en el mundo trascendental. Los mahatmas, las grandes almas, observan
estrictamente todas esas reglas y regulaciones, y, en consecuencia, es seguro
que conseguirán el resultado deseado.
Como se describe en
el segundo verso de este capítulo, el servicio devocional no sólo es sencillo,
sino que además se puede ejecutar alegremente. Uno no tiene que someterse a
ninguna austeridad o penitencia severa. Se puede llevar esta vida en medio del
servicio devocional, bajo la guía de un maestro espiritual experto, y en
cualquier posición, ya sea como casado, como sannyasi o como brahmacari; en
cualquier posición y en cualquier parte del mundo se puede llevar a cabo ese
servicio devocional que se le presta a la Suprema Personalidad
de Dios, y de ese modo llegar a ser realmente un mahatma, una gran alma.
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