viernes, 24 de noviembre de 2017

Capítulo 9 - Verso 14

Siempre cantando Mis glorias, esforzándose con gran determinación y postrándose ante Mí, estas grandes almas Me adoran perpetuamente con devoción.

Comentario de Srila Prabhupada:

No se puede fabricar un mahatma estampándole un sello a un hombre ordinario. Las características propias de un mahatma se describen aquí: el mahatma siempre está dedicado a cantar las glorias del Supremo Señor Krsna, la Personalidad de Dios. Él no tiene ninguna otra ocupación. Él siempre está dedicado a la glorificación del Señor. En otras palabras, él no es un impersonalista. Cuando se habla de glorificación, hay que glorificar al Señor Supremo, alabando Su santo nombre, Su forma eterna, Sus cualidades trascendentales y Sus extraordinarios pasatiempos. Uno tiene que glorificar todas esas cosas; por lo tanto, un mahatma está apegado a la Suprema Personalidad de Dios.
A aquel que está apegado al aspecto impersonal del Señor Supremo, el brahmajyoti, no se lo describe como mahatma en El Bhagavad-gita. A él se lo describe de otra manera en el próximo verso. El mahatma siempre está dedicado a diferentes actividades del servicio devocional, tal como se describe en El Srimad- Bhagavatam, oyendo hablar de Visnu y cantando acerca de Él, no de un semidiós o de un ser humano. Eso es devoción: sravanam kirtanam visnoh, y smaranam, recordándolo a Él. Esa clase de mahatma tiene la firme determinación de conseguir al final la compañía del Señor Supremo en cualquiera de los cinco rasas trascendentales. Para lograr ese éxito, él pone todas las actividades ---las mentales, las físicas y las vocales, todo--- al servicio del Señor Supremo, Sri Krsna. Eso se denomina plena conciencia de Krsna.
En el servicio devocional hay ciertas actividades que se llaman "determinadas", tales como el ayuno en ciertos días, como el undécimo día de la Luna, Ekadasi, y el día de la aparición del Señor. Todas esas reglas y regulaciones las presentan los grandes acaryas para aquellos que verdaderamente están interesados en ganarse la compañía de la Suprema Personalidad de Dios en el mundo trascendental. Los mahatmas, las grandes almas, observan estrictamente todas esas reglas y regulaciones, y, en consecuencia, es seguro que conseguirán el resultado deseado.

Como se describe en el segundo verso de este capítulo, el servicio devocional no sólo es sencillo, sino que además se puede ejecutar alegremente. Uno no tiene que someterse a ninguna austeridad o penitencia severa. Se puede llevar esta vida en medio del servicio devocional, bajo la guía de un maestro espiritual experto, y en cualquier posición, ya sea como casado, como sannyasi o como brahmacari; en cualquier posición y en cualquier parte del mundo se puede llevar a cabo ese servicio devocional que se le presta a la Suprema Personalidad de Dios, y de ese modo llegar a ser realmente un mahatma, una gran alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario