miércoles, 15 de noviembre de 2017

Capítulo 9 - Verso 6

Sabed que así como el poderoso viento, que sopla por doquier, siempre descansa en el cielo, así mismo todos los seres creados descansan en Mí.

Comentario de Srila Prabhupada:

A la persona ordinaria le resulta prácticamente inconcebible el hecho de que la descomunal creación material descanse en Él. Pero el Señor está dando un ejemplo que nos puede ayudar a entender eso. Puede que el cielo sea la manifestación más grande que podemos concebir. Y en ese cielo, el viento o el aire es la manifestación más grande del mundo cósmico. El movimiento del aire influye en los movimientos de todo. Pero aunque el viento es grande, aun así se halla dentro del ámbito del cielo; el viento no está más allá del cielo. De igual modo, todas las maravillosas manifestaciones cósmicas existen por la suprema voluntad de Dios, y todas ellas están supeditadas a esa voluntad suprema. Como decimos comúnmente, ni una brizna de paja se mueve sin la voluntad de la Suprema Personalidad de Dios. Así pues, todo se está moviendo conforme a Su voluntad: por Su voluntad todo es creado, todo es mantenido y todo es aniquilado. No obstante, Él está aparte de todo, tal como el cielo siempre está aparte de las actividades del viento.

En los Upanisads se afirma: yad bhisa vatah pavate, "El viento sopla sólo por temor al Señor Supremo" (El Taittiriya Upanisad 2.8.1). En El Brhad-aranyaka Upanisad (3.8.9) se declara: etasya va aksarasya prasasane gargi surya-candramasau vidhrtau tisthata, etasya va aksarasya prasasane gargi dyav-aprthivyau vidhrtau tisthatah. "La Luna, el Sol y los demás grandes planetas se mueven por la orden suprema, bajo la superintendencia de la Suprema Personalidad de Dios". En El Brahma-samhita (5.52) también se afirma: 

Ésa es una descripción del movimiento del Sol. Se dice que el Sol es uno de los ojos del Señor Supremo, y que tiene inmenso poder para difundir calor y luz. Aun así, el Sol se mueve en su órbita prescrita, por la orden y la voluntad suprema de Govinda. Luego en la literatura védica podemos encontrar pruebas de que esta manifestación material, que a nosotros nos parece muy grande y maravillosa, se halla bajo el pleno control de la Suprema Personalidad de Dios. Esto se explicará aún más en versos posteriores de este capítulo.

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