Yo no envidio a
nadie, ni soy parcial con nadie. Yo tengo la misma disposición para con todos.
Pero todo el que Me presta servicio con devoción es un amigo y está en Mí, y Yo
también soy un amigo para él.
Comentario de Srila Prabhupada:
Uno pudiera
preguntar aquí que, si Krsna es igual con todo el mundo y nadie es Su amigo
especial, entonces ¿por qué muestra un interés especial en los devotos que
siempre están dedicados a Su trascendental servicio? Pero ello no es una
discriminación; es algo natural. Puede que un hombre cualquiera de este mundo
material tenga una disposición muy caritativa, mas, aun así, él muestra un
interés especial en sus propios hijos. El Señor dice que toda entidad viviente
---sea cual fuere su forma--- es Su hija, y por ende, Él le proporciona a cada
cual una generosa provisión de las cosas necesarias en la vida. Él es tal como
una nube, que derrama su lluvia por todas partes sin tener en cuenta si el agua
cae en una roca, en la tierra o en el agua. Pero a Sus devotos, Él les da una
atención especial. A esos devotos se los menciona aquí: ellos siempre se hallan
en estado de conciencia de Krsna, y, por consiguiente, siempre están situados
en Krsna de un modo trascendental. La misma frase "conciencia de
Krsna" sugiere que, aquellos que tienen ese estado de conciencia, son
trascendentalistas vivientes que están situados en Él. El Señor dice aquí muy
claro mayi te, "Ellos están en Mí". Naturalmente, como resultado de
eso, el Señor también está en ellos. Es algo recíproco. Esto también explica
las palabras ye yatha mam prapadyante tams tathaiva bhajamy aham: "En la
proporción en que cualquiera se entregue a Mí, Yo me ocupo de Él". Esa
reciprocidad trascendental existe debido a que tanto el Señor como el devoto
tienen conciencia. Cuando un diamante está montado en un anillo de oro, se ve
muy hermoso. El oro es glorificado, y al mismo tiempo el diamante es
glorificado. El Señor y la entidad viviente brillan eternamente, y cuando una
entidad viviente se inclina hacia el servicio del Señor Supremo, se ve como el
oro. El Señor es un diamante, y esa combinación es muy hermosa. A los seres
vivientes que se hallan en un estado puro se los conoce como devotos. El Señor
Supremo se vuelve el devoto de Sus devotos. Si entre el devoto y el Señor no
hubiera una relación recíproca, entonces no habría ninguna filosofía
personalista. En la filosofía impersonalista no existe una correspondencia
entre el Supremo y la entidad viviente, pero en la filosofía personalista sí la
hay.
A menudo se da el
ejemplo de que el Señor es como un árbol de los deseos, y que todo lo que uno
quiere de ese árbol el Señor lo provee. Pero la explicación que se da aquí es
más completa. Aquí se declara que el Señor es parcial con los devotos. Ésa es
la manifestación de la misericordia especial del Señor para con los devotos. La
reciprocidad del Señor no se debe considerar que se encuentra bajo la ley del
karma. Ella pertenece a la situación trascendental en la que actúan el Señor y
Sus devotos. El servicio devocional que se le presta al Señor no es una
actividad de este mundo material; es parte del mundo espiritual, en el que
predominan la eternidad, la bienaventuranza y el conocimiento.
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