Todo lo que hagas, todo lo que comas, todo lo que ofrezcas o
regales, y todas las austeridades que realices, hazlo, ¡oh, hijo de Kunti!,
como una ofrenda a Mí.
De ese modo te librarás del cautiverio del trabajo y sus
resultados auspiciosos y desfavorables. Con la mente fija en Mí y siguiendo ese
principio de renunciación, te liberarás y vendrás a Mí.
Comentario de Srila Prabhupada:
Aquel que actúa con
conciencia de Krsna bajo una dirección superior, se conoce como yukta. El
término técnico es yukta- vairagya. Esto lo explica más ampliamente Rupa
Gosvami, de la siguiente manera:
anasaktasya visayan
yatharham upayuñjatah
nirbandhah krsna-sambandhe
yuktam vairagyam ucyate
(El Bhakti-rasamrta-sindhu 2.255)
Rupa Gosvami dice
que, mientras nos encontremos en este mundo material, tenemos que actuar; no
podemos dejar de hacerlo. Por consiguiente, si las acciones se llevan a cabo y
los frutos se le dan a Krsna, eso se denomina yukta-vairagya. Esas actividades,
verdaderamente situadas en el plano de la renunciación, limpian el espejo de la
mente, y mientras el ejecutor va progresando en lo que se refiere a la
iluminación espiritual, se vuelve completamente entregado a la Suprema Personalidad
de Dios. De modo que, al final se libera, y su liberación también se
especifica. Por medio de esa liberación él no se vuelve uno con el brahmajyoti,
sino que más bien entra en el planeta del Señor Supremo. Ello se menciona aquí
claramente: mam upaisyasi, "él viene a Mí", de vuelta al hogar, de
vuelta a Dios. Hay cinco etapas diferentes de liberación, y acá se especifica
que el devoto que siempre ha vivido aquí bajo la dirección del Señor Supremo,
tal como ya se dijo, ha evolucionado hasta el punto en que, al abandonar el
cuerpo, puede ir de vuelta a Dios y tener directamente la compañía del Señor
Supremo.
Todo aquel que no
tenga ningún otro interés más que el de dedicar su vida al servicio del Señor,
es de hecho un sannyasi. Esa persona siempre se considera un sirviente eterno
que depende de la voluntad suprema del Señor. Así pues, todo lo que ella hace
es por el bien del Señor. Cualquier acción que ella realiza, la realiza como
servicio al Señor. Esa persona no le presta mucha atención a las actividades
fruitivas o a los deberes prescritos que se mencionan en los Vedas. Las
personas ordinarias tienen la obligación de ejecutar los deberes prescritos que
se mencionan en los Vedas, pero aunque el devoto puro que está totalmente
dedicado al servicio del Señor, puede que en ocasiones parezca ir en contra de
los deberes védicos prescritos, en realidad no es así.
Las autoridades
vaisnavas dicen, en consecuencia, que ni siquiera la persona más inteligente de
todas puede entender los planes y las actividades de un devoto puro. Las
palabras exactas con las que se indica eso, son: tanra vakya, kriya, mudra
vijñeha na bujhaya (El Caitanya-caritamrta, Madhya 23.39). A la persona que
siempre está dedicada de ese modo al servicio del Señor o que siempre está
pensando y planeando cómo servir al Señor, se la debe considerar completamente
liberada en el presente, y en el futuro su ida al hogar, de vuelta a Dios, está
garantizada. Dicha persona está por encima de toda crítica materialista, tal
como Krsna está por encima de toda crítica.
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